Imagina que estás jugando con tu perro y, de repente, notas que tiene un bultito rojo en el ojo. No te preocupes, no es nada paranormal, se trata del prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado, más conocido como cherry eye.
En esta guía, te explicaremos qué es exactamente el cherry eye, cómo detectarlo a tiempo y qué opciones existen para tratarlo, desde cuidados en casa hasta soluciones veterinarias. Con la información adecuada, podrás ayudar a tu perro a recuperar su mirada radiante y saludable.
Contextualizando el problema

El prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado ocurre cuando esta pequeña estructura, que normalmente se mantiene oculta, se inflama y se desplaza, formando una protuberancia rojiza en el ojo. Aunque no suele causar dolor intenso al principio, puede provocar sequedad ocular, irritación y, en casos avanzados, infecciones.
Este problema es más común en ciertas razas, como el Bulldog Francés, el Cocker Spaniel o el Beagle, y puede deberse a factores genéticos o a la debilidad de los tejidos que sostienen la glándula. Detectarlo a tiempo es fundamental para evitar complicaciones mayores, como úlceras corneales o daños permanentes en la visión.
La relación entre salud ocular y nutrición natural
Aunque no te lo creas, la alimentación influye en la salud ocular de tu perro tanto como en el resto de su organismo. Una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitaminas fortalece los tejidos oculares, ayuda a mantener una producción adecuada de lágrimas y reduce la inflamación.
Los alimentos naturales y frescos pueden ser aliados clave para prevenir problemas oculares. Por ejemplo, los betacarotenos presentes en la zanahoria y la calabaza favorecen la salud visual. Por su parte, los ácidos grasos omega-3 del salmón o el aceite de linaza ayudan a reducir la inflamación y fortalecen las membranas celulares del ojo.
¿Qué es el prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado?

Cuando hablamos del tercer párpado, muchos se sorprenden. Sí, tu mascota tiene una membrana oculta que protege su ojo y ayuda a mantenerlo hidratado. Sin embargo, a veces esta estructura puede sufrir alteraciones, y una de las más comunes es el prolapso de la glándula lacrimal.
Este problema aparece cuando la glándula, que normalmente se encuentra en la base del tercer párpado, se inflama y sobresale, formando un bulto rojo y llamativo en el ojo. Aunque al principio pueda parecer solo una cuestión estética, si no se trata, puede derivar en sequedad ocular, irritación crónica e incluso infecciones oculares graves.
Definición y anatomía básica
El tercer párpado, también llamado membrana nictitante, es una capa delgada de tejido que se encuentra en la esquina interna del ojo del perro. Su función principal es proteger el globo ocular de cuerpos extraños, mantener la hidratación y distribuir las lágrimas de manera uniforme.
Dentro de esta membrana se encuentra la glándula lacrimal accesoria, responsable de producir aproximadamente el 30-50% de las lágrimas. Estas lágrimas son esenciales para lubricar el ojo, eliminar partículas irritantes y prevenir infecciones.
Cuando los tejidos que mantienen esta glándula en su lugar se debilitan, la glándula puede salirse de su posición y quedar expuesta, lo que provoca inflamación, molestias y riesgo de infecciones.
Factores predisponentes
Existen factores internos y externos que pueden favorecer su aparición, y conocerlos te ayudará a prevenirlo o actuar rápidamente si notas algún síntoma en tu mascota.
Factores internos
- Predisposición genética: algunas razas tienen una mayor tendencia a desarrollar prolapso de la glándula debido a la debilidad congénita de los tejidos que la sostienen. Entre ellas están los Bulldogs, Cocker Spaniel, Beagle, Shih Tzu y Boston Terrier.
- Edad: es más común en ejemplares jóvenes, menores de dos años, ya que sus tejidos aún están en desarrollo.
- Debilidad del tejido conectivo: algunos nacen con estructuras más frágiles que no logran mantener la glándula en su lugar.
Factores externos
- Inflamaciones o infecciones oculares.
- Traumatismos.
- Alergias.
- Deficiencias nutricionales.
Diagnóstico y signos clínicos

El prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado tiene una apariencia bastante característica, pero no siempre es fácil de identificar a simple vista, sobre todo en las primeras etapas. Por eso, conocer los síntomas y acudir al veterinario cuanto antes es clave para evitar complicaciones.
Síntomas a vigilar
Aquí tienes algunos signos a los que debes prestar atención:
- Bulto rojizo o rosado en la esquina interna del ojo, parecido a una cereza (de ahí su nombre).
- Ojo lloroso o con un aumento en la producción de lágrimas.
- Inflamación y enrojecimiento en el área ocular.
- Parpadeo frecuente o dificultad para cerrar el ojo correctamente.
- Frotamiento o rascado excesivo del ojo afectado.
- Secreción ocular, en algunos casos con aspecto mucoso o amarillento.
- Mayor sensibilidad a la luz o signos de incomodidad.
La importancia de una evaluación veterinaria
Un veterinario podrá confirmar el diagnóstico y evaluar la mejor opción de tratamiento. La evaluación suele incluir:
- Examen físico ocular.
- Pruebas de producción lagrimal.
- Descartar infecciones.
Diferencias con otras patologías oculares
No todo lo que se ve rojo o inflamado en sus ojos es cherry eye. Existen otras afecciones con síntomas similares, pero con causas y tratamientos diferentes:
- Conjuntivitis: la conjuntivitis en perros suele provocar enrojecimiento generalizado, secreción abundante y picazón intensa, pero no se observa una masa saliendo del tercer párpado.
- Úlceras corneales: causan dolor evidente, lagrimeo excesivo y sensibilidad extrema a la luz, pero no presentan el característico bulto rojizo.
- Tumores o quistes en el tercer párpado: aunque más raros, pueden confundirse con el prolapso. Sin embargo, suelen crecer lentamente y no desaparecen ni cambian de tamaño como el cherry eye en sus primeras etapas.
- Blefaritis: inflamación de los párpados que puede estar acompañada de costras y secreciones, pero no afecta directamente a la glándula lacrimal.
Causas y factores de riesgo

Existen varios factores que pueden hacer que el animal sea más propenso a desarrollar este problema, desde su genética hasta el tipo de alimentación y el entorno en el que vive. Conocer estos factores puede ayudarte a prevenir el problema o, al menos, actuar rápidamente si aparece.
Factores genéticos y de raza
Si tu perro pertenece a ciertas razas, sus genes pueden jugar en su contra en lo que respecta al cherry eye. Algunas tienen una predisposición hereditaria a sufrir este problema debido a una estructura ocular particular, donde los tejidos que sostienen la glándula no son lo suficientemente fuertes para mantenerla en su sitio.
Las razas más propensas son:
- Bulldog inglés y francés
- Cocker spaniel
- Beagle
- Shih Tzu
- Lhasa Apso
- Boston Terrier
- Pekinés
En estos casos, la glándula lacrimal del tercer párpado puede desplazarse con más facilidad, especialmente en cachorros y jóvenes, ya que sus tejidos aún están en desarrollo.
Influencia del entorno y el estilo de vida
Aunque la genética juega un papel importante, el entorno y los hábitos diarios también pueden influir en la salud ocular.
- Exposición a irritantes: el polvo, el humo del cigarro o los productos de limpieza fuertes pueden causar inflamación y debilitar los tejidos del ojo.
- Ambientes secos o con corrientes de aire: la falta de humedad puede hacer que los ojos se irriten con más facilidad, aumentando el riesgo de problemas oculares.
- Juego brusco o traumatismos: golpes en la cabeza o el ojo pueden desencadenar el desplazamiento de la glándula, sobre todo en aquellos predispuestos.
- Higiene deficiente: no limpiar los ojos con regularidad o permitir la acumulación de suciedad puede generar infecciones que inflamen la zona y favorezcan el prolapso.
La conexión entre una dieta inadecuada y los problemas oculares
Una buena alimentación no solo mantiene a tu mascota fuerte y con un pelaje brillante, sino que también influye en la salud de sus ojos. Algunos déficits nutricionales que pueden influir en la salud ocular son:
- Falta de vitamina A: esencial para la regeneración celular y la protección de los tejidos oculares.
- Bajos niveles de omega-3 y omega-6: ácidos grasos que contribuyen a la hidratación ocular y reducen la inflamación.
- Déficit de antioxidantes (como la luteína y la zeaxantina): ayudan a prevenir el daño celular en los ojos.
- Exceso de alimentos ultraprocesados: algunas croquetas de baja calidad contienen conservantes y colorantes que pueden generar inflamación y afectar la estructura de los tejidos oculares.
Opciones de tratamiento y cuidados veterinarios

Existen diferentes formas de tratar el problema: desde intervenciones médicas hasta cuidados complementarios que pueden ayudar en la recuperación.
Tratamientos convencionales
El tratamiento depende del grado de prolapso y del estado general del animal. En algunos casos, pueden probarse opciones menos invasivas antes de recurrir a la cirugía, pero en otros, la intervención quirúrgica es la mejor solución para prevenir problemas a largo plazo.
Las opciones más comunes son:
- Colirios y antiinflamatorios.
- Reposicionamiento quirúrgico.
- Extirpación de la glándula, aunque este es el último recurso.
Enfoque natural y complementario
Si bien el tratamiento principal debe estar en manos del veterinario, puedes complementar su recuperación con algunos cuidados naturales.
- Compresas frías de manzanilla.
- Omega-3 y antioxidantes en la dieta.
- Higiene ocular regular.
- Evitar alérgenos e irritantes.
Importancia del seguimiento médico
Aunque el tratamiento inicial sea exitoso, el prolapso puede reaparecer si no se toman las medidas adecuadas. Tu veterinario te indicará cada cuánto hacer revisiones, pero algunos signos que pueden requerir una consulta adicional incluyen:
- Ojo rojo o inflamado después del tratamiento.
- Exceso de secreción ocular o signos de infección.
- Sequedad ocular o cambios en la producción de lágrimas.
Alimentación natural y su impacto en la salud ocular

Una dieta basada en ingredientes naturales y frescos puede fortalecer el sistema inmunológico, reducir la inflamación y proteger los ojos de enfermedades como el prolapso del tercer párpado.
Beneficios de la comida natural para perros
Optar por una alimentación natural para perros aporta nutrientes esenciales sin aditivos artificiales. Algunos de sus beneficios incluyen:
- Mejora del sistema inmunológico: una dieta rica en vitaminas y minerales fortalece las defensas naturales del perro, reduciendo el riesgo de infecciones oculares.
- Menos inflamaciones y alergias: evitar conservantes y colorantes artificiales ayuda a reducir problemas inflamatorios que pueden afectar los ojos.
- Hidratación y lubricación ocular: los ingredientes frescos aportan agua y nutrientes que favorecen la producción de lágrimas y previenen la sequedad ocular.
Nutrientes clave para la salud ocular
- Vitamina A: esencial para la visión y la regeneración de tejidos oculares. Se encuentra en el hígado, la zanahoria y la calabaza.
- Omega-3 y Omega-6: ayudan a reducir la inflamación y a mejorar la función de las glándulas lagrimales. Se encuentran en el aceite de pescado y las semillas de chía.
- Luteína y zeaxantina: antioxidantes que protegen la retina del daño oxidativo. Presentes en espinacas, col rizada y yema de huevo.
- Vitamina C y E: fortalecen el sistema inmunológico y combaten los radicales libres que pueden afectar la salud ocular. Se encuentran en frutas como los arándanos y los pimientos.
Ejemplos de menús y recetas saludables
- Plato completo: pechuga de pollo cocida, zanahoria rallada, espinacas y una cucharada de aceite de pescado.
- Snack saludable: rodajas de manzana sin semillas con un poco de yogur natural.
- Cena ligera: salmón al vapor con calabacín y arroz integral.
Prevención y cuidados en el hogar
Además de una alimentación adecuada, ciertos hábitos diarios pueden ayudar a prevenir problemas oculares y a mantener la salud visual de tu perro en óptimas condiciones.
Hábitos diarios para una salud ocular óptima
- Limpieza ocular regular: usar suero fisiológico o toallitas específicas para eliminar suciedad y prevenir infecciones.
- Evitar la exposición a irritantes: reducir el contacto con humo, polvo o productos químicos que puedan causar inflamación ocular.
- Revisiones periódicas: inspeccionar los ojos de tu perro regularmente para detectar cualquier cambio o anomalía.
Cuidados post-tratamiento y rehabilitación
- Evitar que se rasque: el uso del collar isabelino es fundamental para prevenir lesiones en el ojo afectado.
- Seguir las indicaciones del veterinario: aplicar correctamente colirios o medicamentos recomendados.
- Mantener una alimentación nutritiva: reforzar la dieta con antioxidantes y ácidos grasos esenciales para una recuperación más rápida.
Integración del ejercicio y el bienestar general
Una vida activa y equilibrada no solo mejora la condición física de tu perro, también fortalece su salud ocular.
- Ejercicio regular: paseos y juegos al aire libre favorecen una buena circulación sanguínea, lo que impacta positivamente en la oxigenación de los ojos.
- Reducir el estrés: actividades relajantes como juegos interactivos o masajes pueden ayudar.
Preguntas frecuentes y aclaraciones

¿Cuánto tiempo tarda la recuperación tras el tratamiento del prolapso?
La recuperación del prolapso del tercer párpado puede variar dependiendo de la gravedad del caso y del tratamiento. Generalmente, si se opta por cirugía, los perros pueden empezar a mostrar signos de mejoría en alrededor de 1-2 semanas, pero la recuperación total puede tardar entre 3 y 4 semanas.
¿Existen remedios caseros para aliviar los síntomas mientras se espera la consulta veterinaria?
Aunque siempre es mejor consultar a un veterinario para un diagnóstico preciso, algunos remedios caseros pueden ayudar a aliviar temporalmente los síntomas mientras se espera la consulta. Uno de los más comunes es el uso de suero fisiológico para limpiar suavemente el ojo afectado.
¿Puede estar relacionado el prolapso con otras enfermedades oculares o sistémicas?
Sí, el prolapso del tercer párpado puede estar relacionado con otras enfermedades oculares, como conjuntivitis o infecciones oculares recurrentes. También puede estar vinculado a problemas sistémicos o de salud más generales, como trastornos hormonales o desequilibrios inmunitarios que afecten el tono muscular alrededor de los ojos.
¿Qué complicaciones pueden surgir si el prolapso no se trata a tiempo?
Si no se trata a tiempo, puede causar infecciones crónicas, daño ocular permanente o incluso afectar la visión del perro.

¿Cómo detectar de manera temprana el prolapso en casa?
La detección temprana es clave para evitar complicaciones graves. Algunos signos que indican la presencia de un prolapso incluyen la aparición de una masa rosada o rojiza en la esquina del ojo o en el tercer párpado, junto con lagrimeo excesivo o enrojecimiento ocular.
¿Cuál es el papel de la hidratación y la nutrición en la prevención de problemas oculares?
La hidratación adecuada es esencial para mantener los ojos bien lubricados y prevenir la sequedad ocular, lo que podría facilitar la aparición de problemas como este. Además, una alimentación natural rica en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitaminas ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir inflamaciones.
¿Qué cuidados específicos requieren los perros de razas predispuestas genéticamente?
Algunas razas, son más propensas a ese problema por su estructura ocular o predisposición genética. Estos perros requieren seguimiento regular por parte del veterinario, limpieza frecuente de los ojos. En algunos casos, puede ser recomendable optar por alimentos específicos que ayuden a fortalecer el sistema inmunológico y la salud ocular.
El prolapso del tercer párpado es una afección común en perros que afecta la salud ocular y puede causar molestias significativas si no se trata adecuadamente. Detectarlo a tiempo, seguir las recomendaciones veterinarias y adoptar una dieta saludable y equilibrada son pasos fundamentales para asegurar una pronta recuperación y prevenir futuras complicaciones.
La nutrición natural desempeña un papel clave en la salud ocular y en la prevención de problemas similares.